UNA MIRADA CRÍTICA SOBRE COSQUÍN 2018: FESTIVAL Y ALREDEDORES
- Jorge Daniel Gonzalez
- 31 ene 2018
- 9 Min. de lectura

Es cierto que se respira folklore desde el super cartel Cosquín de Avenida San Martín hasta Villa Pan de Azúcar, pasando por el Puente Carretero Hernán Figueroa Reyes, que rondan guitarras en la espalda y las manos de los músicos consagrados y soñadores, que la ventana mediática hacia el mundo se vive en la Plaza Próspero Molina pero cierto también es que el Viejo Río Cosquín refresca las tardes de sol y es testigo de los Espectáculos Callejeros, que hay oportunidades en las Peñas oficiales y alternativas, que hay hendiduras en las puertas musicales habitadas en las calles con escenarios a capella o pequeños parlantes, que músicos y bailarines pueblan los campings y casas de hogar con los sueños en la maleta y la pasión en el corazón, que los encuentros entre vasos de bebidas frescas, mate e instrumentos se dan en cualquier lugar de la ciudad sin importar la hora, todos se hermanan durante este festival y tienen una voz que expresa y cuenta sentimientos, afirman raíces y demuestran magia inexplicable. Es cierto, Cosquín es interminable en sus opciones y crea tantas críticas debido a la mutación de estilos, instrumentación, sonoridad, estilos de cantores, vestimentas, costumbres, premiaciones llamativas y discutibles, características que lógicamente lo alejan de la década dorada como resurgimiento popular de los grandes grupos musicales, público que creció y conocen la historia y público que viene a través de lo nuevo lo que provoca una mezcla tremenda de infinitos caminos para seguir y caminar
Las nueve lunas guardaron instantes dignos de los cuadros de los recuerdos sobre el escenario Atahualpa Yupanqui, como la del canto surero de Adrián Maggi, quién en un recorrido de valores y familia, logró una ovación contundente cuando invitó y dedicó la obra "2 de abril" a ex combatientes de Malvinas, hombre de enseñanza constante en sus palabras con deseos claros de hermandad, identidad por su suelo bonaerense y patria argentina: “Las provincias tienen sus propios ritmos, En Buenos Aires hay que escarbar profundo para encontrar una milonga o un recitado ”, como un punzante reclamo a la facilidad de la provincia a la invasión de culturas foráneas a quienes aprehenden y la sienten de uno en lugar de la propia: "la Patria empieza por casa", aclara, como una explicación. Maggi se dio el gusto de homenajear al mate y al folklore a través del género de la pintura de Miguel Angel Gasparini desde San Antonio de Areco, el pintor de los gauchos…Todo parecía indicar que su voz compositora de tres décadas, y la guitarra experimentada de quince discos serían Consagración del festival pero le ganó la pulseada Emiliano Zerbini.
El cantor cordobés de alma riojana, que pisa los 20 años desde la edición de su primer disco, realizó en el escenario un repertorio con danzas tradicionales totalmente ausentes en las peñas que desbordaron de zambas, chacareras y algún que otro bailecito. El artista integró bailarines durante el show, entre los invitados oficiales y el público para confesar la importancia del bailarín como artista sobre el escenario. Comprensiblemente quedó relegado del premio a la Consagración, el Indio Lucio Rojas quién levantó a la plaza en la presentación de su primer disco solista, como así también Nahuel Pennisi quién logró cautivar con la simpleza de su voz que desnuda su alma musical e ilumina con cada presentación.
En la canción "En tu pelo", Luciana Jury sembró a la tierra a su estilo al igual que en el homenaje a Leonardo Favio con “Ella ya me olvidó” en un tono gitano y un juego de fraseos de cultura poética. La Jury es innovadora y su indagación a lo más profundo del género puede ser hasta chocante para los estructurados que no ven originalidad más allá de los ojos. La Sacha Fuga, con su cuarteto de violines, fue la gran sorpresa del Pre Cosquín como el dúo Ala Par aunque bien merecido el premio a la revelación se la llevó la pareja de Danza Tradicional Andrés Ramos-Daniel Echenique, jóvenes salteños que quedaron en la puerta del éxito del año pasado en el desempate de la final del Pre Cosquín 2017.

Sucede que hay un subgénero con su propio público tras sus trapos hechos con el amor del fanatismo al estilo rockero y allí van, donde Santiago Suárez vaya. El poder de la música de El Vislumbre del Esteko es potente, su mensaje, su forma de componer, los ritmos y la simpleza que trae desde Santiago del Estero, en esta oportunidad en el templo del folklore, como fue el año pasado en el lleno total de Niceto Club de Capital Federal, como en cualquier bar o antro de La Banda o Santiago capital con buen o mal sonido, siempre con una línea humilde de cantar, allá, bien agudo hasta que la batería de la garganta se gaste y pasé a cantar el motor del alma. El Vislumbre es simplemente el Vislumbre y nada más importa para los vislumbreros seguidores de varias décadas.
Que no sea una canción prohibida ni ocasione miedo entonar sus melodías, tampoco traiga el recuerdo de una muerte indirecta por esas razones porque “Zamba de mi esperanza” fue del pueblo como lo es hoy, como en 1978 cuando Jorge Cafrune dijo: ”Si el pueblo la pide, la voy a cantar”; en este Cosquín el público de pie con Yamila Cafrune a la cabeza, ofreció su alma en el canto y el corazón al homenaje “al turco”de Jujuy dejando atrás la operativa militar para evitar que Cafrune dijera “Esperanza” ante la multitud y así evitar “avivar” que otros cantores repitan la fórmula.
Horacio Guarany también tuvo su homenaje aunque por la cantidad de artistas que pasaron en un corto segmento de tiempo, fue desprolijo y se perdía el objetivo, inclusive en el acoplamiento entre los músicos instrumentistas invitados y alguno de los músicos cantores, como los que subieron con su papelito como machete o los que no tenían coordinación en la velocidad de interpretación descubriendo la falta de ensayo. A pesar de ello, también se vivieron trabajos eximios como la de La Bruja Salguero en "La Villerita", "Puerto de Santa Cruz" por Enrique Llopis, "Canción del adiós" de Facundo Toro, "Zambita de piel morena" por Sergio Galleguillo, "Memorias de una vieja canción" por Belén Herrera y "Cuando ya nadie te nombre" por Mario Álvarez Quiroga. Nada importa cuando la voz de Horacio aparecía en off: “Cuánto te debo Cosquín, y vos a mi no me debes nada. Yo no te di más que canciones y amor, eso no vale nada. Te las regalé todas, te las dejo todas para vos”, y el público entendió que El Potro del canto hablaba desde el corazón con su decir melodioso y un poético de canciones que viven en la entraña del pueblo.
Raly Barrionuevo es una figura innovadora en cada año en el Festival, como abrazando el entendimiento que este espacio histórico, por respeto a la Virgen del Rosario y los vecinos creadores del Festival allá por los años sesenta al altar bendecido llamado Atahualpa Yupanqui, merece una preparación a la altura y así como tantas veces hizo bailar a la multitud con su repertorio folklórico bailable santiagueño o su guitarra en soledad en el homenaje al Chango Rodríguez o su aparición en traje y poncho al hombro con canciones clásicas en piano y guitarras cuyanas por el disco Radio Am, esta vez presentó Hermano Hormiga junto a su amigo Lisandro Aristimuño, un dúo de guitarras y voces con versiones inéditas en dos timbres vocales tan distintos pero ensamblados tan perfecta y armoniosamente para esta oportunidad.
Abel Pintos festejó 20 años de su debut en el Festival y realizó una recorrida por su discografía en donde la plaza se reencontró con el Abel de repertorio folklórico, actualmente con la madurez vocal pero cantando melodías que lo hicieron triunfar como un cantor popular. El show fue para los fieles dueños de la plaza, el pueblo y más de la mitad de su show se brindó a las canciones que lograron los primeros pasos en el mundo de la música para así luego, llegar al bahiense compositor que arrasó con nuevos colores musicales y trajo juventud de otros géneros al mundo folklórico

La canción "Piuke Kantum", demostró cómo una letra profunda rompe la fortaleza expuesta del artista para brindarse al llanto de una identidad poética, como lo sucedido con Rubén Patagonia junto a Che Joven “…nunca arrodillados, jamás entregados…”, hombre que relata una lucha entre argentinos con diferentes colores de paz en el pecho, quienes pueden volver al hogar con las manos y la consciencia sucias y los que vuelven con el rostro quebrado por la disputa que abraza generaciones con la esperanza de mantener el paisaje en la piel y la voz cantada como prueba de la vigencia: “En este campo antiguo mis padres murieron, y aunque sea peleando, acá moriré”.
30 años de Cuti y Roberto Carabajal en el comienzo de su gira despedida; 40 años de Los Imaguaré; Facundo Toro, junto a Maitén, festejó 25 años de música e invitó a sus hermanos Claudio, Carlos, Daniela y Miguel Angel y a su hija Antonella para homenajear a Daniel Toro, ganador del premio Camin Cosquín, creador de obras populares como Para ir a buscarte, El principito y Zamba para olvidar, fueron algunos de los consagrados que mantienen su vara entre los destacados al igual que Galleguillo, el estandarte de la música de La Rioja.
La Chaya riojana sucedió en una noche especial, en la que antes de las actuaciones de Por Siempre Tucu, Diableros y Las Voces de Orán, comenzó una gigantesca lluvia de gotas inmensas que dispersó la plaza e inclusive sufrió el corte de luz que afectó a todo el Valle de Punilla, hecho que no sucedía hace más de 20 años. En la oscuridad, los vendedores de paraguas y pilotos se hicieron la jornada por 50$ cada artículo y con el viento y el agua el público regresó a sus butacas. Durante la aparición de Sergio Galleguillo, la comunidad riojana repartía bolsas de harina y nieve artificial para sentir la chaya en Cosquín.
La Fiesta fue de polvo y música, de albahaca mojada y una felicidad incomparables para los presentes que terminaron con un engrudo de alegría de que nada importaba más que disfrutar un show festivo y una situación climática inédita. “El Gallo” es representante del pueblo riojano, hombre de lucha interminable por su pueblo y el mensaje festivalero de sus canciones; con voz autorizada criticó el corte de transmisión de la televisión pública entendiendo que hay mucha gente de su pueblo y del país que jamás podrían llegar a Cosquín y menos pagar una entrada, por eso les queda disfrutar con sus familias desde casa el festival mayor de argentino. Tampoco eran accesibles las peñas que rodearon a la Próspero Molina considerando un promedio de 130-150$ la entrada y 120$ un jugo saborizado o una gaseosa grande, excesivos para una familia tipo por día, aunque las alternativas se centraban en el Fogón Criollo Peña La Gauchada, frente a la Plaza en la que desbordaba de gente con entrada gratuita al igual que los mediodías de La Taba, la peña de Cuti y Roberto Carabajal en la que abundaba la excelente calidad musical pero fallaban excesivamente en la cantina donde los tiempos se extendían una hora promedio para un pedido de comida popular. Por Fleming, las guitarras al hombro y los ponchos se acumulaban en el Patio de la Pirincha, un sitio con sabor a hogar, a guitarreada, a amigos, con el propósito de proponer a un cantor con un mensaje, a un poeta o escritor, a un docente con una propuesta abierta al público, un espacio para debatir políticas de bienestar para la comunidad y motivar concientización de humanidad y unión hermanada, un verdadero sitio de integración con 16 años de antigüedad, inclusive donde los artistas podían planillar sus espectáculos, donde se podía comer, bailar, abrazarse y divertirse sobre el suelo de tierra coscoíno sin fines de enriquecer los bolsillos, lugar que avanza en la difusión cultural argentina pero que jamás recibió la declaración de Sitio de Interés Cultural prometido por el intendente Gabriel Musso hace dos años. Curiosamente, durante el último día del Festival, Policías cordobeses, bomberos y personal de Bromatología llegaron al patio por indicación del juez de turno. Se inventarió todo en el patio, como instrumentos, sonido y 48 empanadas que fueron destruidas para ver qué había dentro. La indignación masiva cobró notoriedad en las redes sociales y medios digitales por la manipulación de un hogar donde podías disfrutar de artistas independientes de igual a igual con cantores ovacionados en la Plaza del folklore como Mery Murúa o Pachi Herrera, ver trabajar en la cocina a Mariano Luque, o ver a Capella cantar al Dúo Coplanacu.
Entre las peñas, las variantes eran interminables y si se estaba en el momento justo en el lugar indicado, el espectador podía vivir juntadas inolvidables como Galleguillo-Cuti y Roberto-Facundo Toro en La Taba, o Duende Garnica con su primo Néstor Garnica en la peña del Violinero, a Peteco Carabajal cantando con su guitarra mientras los espectadores se sentaban en el suelo para escuchar como un docente a sus niños, abrazar el río mientras los espectáculos callejeros consagraban voces como la de Los Gringos de Junín, o los cantores anónimos que se ganaban la vida sobre Avenida San Martín con un sombrero de monedas en el suelo.
Cosquín motiva críticas y felicidades, una tierra donde las familias y amigos se juntan quizás para encontrarse por única vez en el año y charlar como si el tiempo no hubiera pasado. Cosquín dejó de ser simplemente el Festival Mayor del Folklore en América que traía turistas desde sus comienzos dejando atrás los rumores de Tuberculosis contagiosa, es más de un escenario con vistas al mundo, sino que son las calles, los paisajes, las comidas y el encuentro que resume en nueve días los valores de folklore como concepto de unión y fraternidad…así es Cosquín, una oportunidad que se da por nueve lunas, una vez al año.

Fuente Fotografía de Tapa. Facebook Piry Cosquín
Fuente Fotografías de nota. Aquí Cosquín Oficial
#Cosquín #CutiyRobertoCarabajal #ElPatiodelaPirincha #FacundoToro #AbelPintos #SergioGalleguillo #AtahualpaYupanqui #DuendeGarnica #NéstorGarnica #GabrielMusso #DanielToro #RubénPatagonia #CheJoven #RalyBarrionuevo #MarioÁlvarezQuiroga #BelénHerrera #LaBrujaSalguero #EnriqueLlopis #HoracioGuarany #JorgeCafrune #ZambademiEsperanza #YamilaCafrune #SantiagoSuárez #ElVislumbredelEsteko #LaSachaFuga #LucianaJury #EmilianoZerbini #AdriánMaggi
Comments